Estimados Rojos:

No quería dejar pasar lo ocurrido en el día de ayer sin escribirles unas líneas explicando lo ocurrido y realizar algunas puntualizaciones que creo son oportunas transmitirles.

Al igual que el 90% de los días de partido al llegar del trabajo, me tiro a dormir una siesta para lo cual siempre pongo el despertador de mi celular en el entorno de las 9:30 de la noche, para así llegar más descansado al fútbol, compartir sin cansancio el Tercer Tiempo con los comensales que concurran y además que se me pasen un poco más rápido las horas previas al match. En el día de ayer el celular me jugó una mala pasada y quedo bloqueado en medio de la siesta, por lo cual no sólo no me sonó el despertador si no que tampoco ingresaron las diversas llamadas que realizaron para saber lo que me había pasado.

Creo que lo de ayer no es una muestra que refleje mi desinterés ni irrespetuosidad por el fútbol de los jueves ya que creo que al igual que todos es una gran oportunidad semanal para pasar un buen momento entre amigos y dejar de lado todo tema complicado de la vida cotidiana; yo creo
que así lo demostré a lo largo de estos casi 3 años que juego con ustedes, ya que se pueden contar con los dedos de una mano las inasistencias que tuve en éste período, y en muchas ocasiones dejando atrás cumpleaños familiares, lesiones, partidos de Defensor y momentos personales mucho más complejos que el vivido ayer con un simple despertador (sin proponer siquiera un simple cambio de fecha de partido), priorizando el fútbol de los jueves por lo expuesto anteriormente de lo que esto significa es para mi.

Con éstas líneas no intento buscar excusas pelotudas ni ponerme en víctima por lo ocurrido ayer, sino pedirle disculpas a todo el equipo (ya que se que la mayoría hacen jueves tras jueves un esfuerzo aún mayor al mío para poder estar) y descargar un poco la bronca que tengo (q les aseguro que es mucha); además creo que no soy una persona que he fallado en instancias ajenas al fútbol, sea cual sea el motivo de las mismas, cuando dije voy, fui y estuve ahí.

Ni que hablar que acato las sanciones disciplinarias que recaigan sobre mi.

SALUDOS Y DISCULPEN,
BILLY