?? LA BADA F.C.: Satriani inicia: El día que mató a Gary – 2do. Capítulo

lunes, 31 de agosto de 2009

Satriani inicia: El día que mató a Gary – 2do. Capítulo

Para Satriani cada sábado es diferente al otro. Luego de almorzar con Il Nono, mentor de nuestro personaje, poco a poco y sin exaltarse comienza a tejer la jugada que lo depositará en una noche más. Conocedor de su popularidad irrefutable y la seducción de sus mensajes de texto, echado en su catre comienza a reclutar personajes que bailen a su ritmo y jueguen a favor de sus caprichos nocturnos. Comenzando por sus mas allegados maridos, hasta los conocidos de sus conocidos de sus compañeros de trabajo, Satriani pasea sus citatorias en busca de un nuevo plantel dispuesto a todo. Esa noche era acompañado por un trío picante, que hasta el día de hoy recuerda el hecho con escalofríos.

Pereira y Chucarro una vez más acunaba a Satriani que cual reina del carnaval saludaba personajes nefastos de la noche, entre los que brillaban Evo Morales y su clásico “pasen muchachitos, nono, hoy no puedo hacer descuentos”, desde Ecuador Mr. Quito, dicho por Satriani seguramente sea testigo de su boda y/o padrino de alguno de sus futuros hijos, y sus ya clásicos amigos del rincón con los que jura que cuando venga La Renga van a comprar las anticipadas.

Cuando la noche llegaba a su fin uno de los picantes amigotes de Satriani esbozó la notable idea de comprar provisiones alimenticias y alguna bebida espirituosa con el fin de divisar el amanecer con aquella primavera de testigo. Como es su costumbre y fiel a sus principios de ir hasta el fin con la causa, Satriani apoyó la descabellada moción de Tovigo, y se dirigieron sin dudarlo rumbo a la rambla montevideana.

Las conversaciones crecían en intensidad directamente proporcional a la vueltas que completaba las agujas del reloj, cuando en un momento la voz de un individuo provocó el desconcierto de varios de los presentes, en tanto que a Satriani inmerso en una conversación sin pie ni cabeza le costo más de un grito el darse cuenta de lo que estaba pasando. En un momento la atención se centro en el individuo de la voz y todas la cabezas se posaron en él.

- Que paso?? – Dijo Satriani, haciéndose cargo de la situación.

- Nada bo, Que buen saco tene’, el propio saco de madera, ojala yo pudiera tener uno.

Gary, quizás nunca sepa que esas fueron sus últimas palabras dentro de los cabales de una persona normal. Su notable descripción del saco de pana italiano que vestía Satriani, le provocó la muerte instantánea de la última neurona de su cerebro, sumergiéndolo en las frías aguas de la indigencia. Dejó las clases de tenis, abandonó su postgrado en repostería y hasta el día de hoy se lo puede ver sonándose sus fosas nasales en las inmediaciones del Bacilón. En la vereda de enfrente, la frialdad de Satriani asomaba a lo que sería la confirmación de un alma oscura en la lucha incesante y sin cuartel contra la mediocridad.

Fin

Satriani y su gorra de paja, en la balconada cumpliendo con su deber en clara oposición a las inclemencias solares.

GIB