Biografias Nº 1 - Rodrigo José Moratorio
BIOGRAFIAS
Edición n° 1
Rodrigo José Moratorio
(1977 - .....)
Nuestra Biografía de hoy esta dedicada a nuestro gran Amigo Rodrigo José Moratorio
(José responde a factores eclesiásticos, no así al plano civil).
Este esbelto cristiano, primer hijo del Sr. y la Sra. Moratorio, transitó sus felices primeros lustros de vida entre cuadernos de doble raya, cuya única función era la de pegar al ritmo del engrudo las figuritas más emblemáticas de los inolvidables Thundercats, y aquellos épicos duelos futbolísticos “al que hace el gol gana” en los cuales Rodrigo José vislumbraba la posibilidad de llegar a ser un gran portero.
Aquellas calurosas noches de enero nos hacian contemplar las más hermosas estrellas del año, y creaban una atmósfera ideal para interminables cotejos callejeros en donde las primeras atajadas de Rodrigo José no se hacían esperar.
Con el comienzo de su amistad con el balón, nacen indefectiblemente los comienzos de una sana costumbre: el “tercer tiempo” (Def: dícese del momento post-fobal en el cual Moratorio bebe a destajo en compañía de los “comensales de siempre” todo tipo de bebidas espirituosas, hablando de epocas pasadas en donde los Gobots y Loly eran ejemplos de vida y buenas costumbres).
A pesar de nacer con el pelo propio de un veinteañero e increíblemente atado por una gomita color café, y un tono de voz comparable con el mítico Henry Mullins, Rodrigo José llevaba su vida bajo la normalidad de todo niño que quiere ser feliz.
En una de esas tantas tardes en las que Rodrigo José acercaba el termómetro a su portátil (obviamente de los Tranformers), provocando que el gris Mercurio comenzara a estirarse tal cual un ploc y se comenzara a presagiar una falsa fiebre que le permitiese ausentarse al colegio de Curas al cual asistía, llega al apartamento un dirigente del aún existente club Urreta, el cual tienta económicamente a nuestro personaje de hoy, pretendiendo adquirir su ficha por la temporada 86’ – 87’ en la categoría de chatas. Rodrigo José que ya mostraba en su personalidad ribetes de mal humor avanzado y falta de paciencia congénita, termina la conversación con el empresario con un rotundo... “no-me-como-ninguna-contigo....nabo” (frase que de ahí en más inmortalizó hasta nuestros días) dudando de la honestidad del representante del club.
Finalmente todo llegó a buen puerto y Moratorio fue el guardavallas del Urreta durante dicho período.
Su adolescencia en las maquinitas del Club Nacional de Fútbol, malgastando el vuelto de las provisiones hogareñas, las primeras ramas alucinógenas de un verdoso aroma, y aquel digno empleo bajo el mando del odiado Armenio, contribuyeron para el más rico de los anecdotarios.
Pero no todo es felicidad....
Los problemas de Rodrigo José comenzaron al cabo de los 20 años, cuando su adolescente hermana comenzó a concurrir a locales nocturnos hasta horas no adecuadas en la compañía de personajes nefastos de la noche montevideana. Nuestro amigo cayó en pozos depresivos indescriptibles al ver estériles todos sus esfuerzos por aislar a su hermana de la vida disipada que mantenía. Para colmo de males paralelamente se sucedían las victorias deportivas de su hermano Sebastián Marcelo, que si bien era menor que Rodrigo José conocía el sabor del triunfo. Consagraciones en el rubro futbolístico y en el plano del corazón provocaban en Moratorio rabietas propias del que sueña un número, no lo juega y sale a los 5.
Pero todo era aceptado....
Aquella gélida media-tarde de Otoño fue la gota que tenía que llegar para rebasar ese vaso de cerva.
Rodrigo José ingresa al dormitorio de su hermano en busca de las cremas de enjuague, (que impedían, o trataban de llevarlo a cabo, la inminente caída de pelo de la que eran víctimas los hermanos Moratorio) empujando la puerta y evitando el permisivo toc-toc. Cuatro segundos fueron necesario para entender la patética imagen de su novia (la chica más linda de la ciudad vieja) haciendo honores junto a su hermano Sebastián, de las páginas más obscenas del mundialmente conocido Kamasutra.
Esto fue el corolario de una vida plagada de fracasos y desdichas de todo tipo.
Rodrigo José Moratorio se convirtió en la persona testaruda y malhumorada que todos sabemos sufrir Jueves tras Jueves.
Actualmente presta servicios para un Despachante de Aduanas, el cual le llama la atención a diario por sus inadecuadas visitas a sitios web xxx.
Junto a José “el patovica” Misa, instalaron en la zona de la Blanqueada la representación de una conocida marca de planchas, que amablemente y en cada Jueves a la noche, Rodrigo José de 23:00 a 24:00 las expone sin compromiso de compra, ahí... cerquita del área, en el arco de la puerta.
En el Año 2005, gracias a la rotación laboral producto de la globalización en la que estamos inmersos, Rodrigo José conoce a Lorena. Como toda mujer que llega a una oficina es objeto de un sinfín de apremios, misiles aire-aire, Tomas-Hook, y tiros de la más variada especie y calibre.
Pero la suerte estaba echada....
Rodrigo José con la sutileza de un cirujano logra conquistar el corazón de la novel compañera que encuentra en Moratorio al hombre de su vida.
La vida del guardavallas azzurro da un giro providencial hasta nuestros días. Las noches a pura plena en la Quinta de Galicia , las visitas a los diferentes recintos del Mercado del Puerto, y las excursiones a la vecina orilla quedaron atrás por los Glamorosos veranos en la Costa Atlántica, la presencia inseparable de su celular de última generación y la visita constante a los restaurantes y locales top de la movida montevideana.
G. ITO Barbé
Edición n° 1
Rodrigo José Moratorio
(1977 - .....)
Nuestra Biografía de hoy esta dedicada a nuestro gran Amigo Rodrigo José Moratorio
(José responde a factores eclesiásticos, no así al plano civil).
Este esbelto cristiano, primer hijo del Sr. y la Sra. Moratorio, transitó sus felices primeros lustros de vida entre cuadernos de doble raya, cuya única función era la de pegar al ritmo del engrudo las figuritas más emblemáticas de los inolvidables Thundercats, y aquellos épicos duelos futbolísticos “al que hace el gol gana” en los cuales Rodrigo José vislumbraba la posibilidad de llegar a ser un gran portero.
Aquellas calurosas noches de enero nos hacian contemplar las más hermosas estrellas del año, y creaban una atmósfera ideal para interminables cotejos callejeros en donde las primeras atajadas de Rodrigo José no se hacían esperar.
Con el comienzo de su amistad con el balón, nacen indefectiblemente los comienzos de una sana costumbre: el “tercer tiempo” (Def: dícese del momento post-fobal en el cual Moratorio bebe a destajo en compañía de los “comensales de siempre” todo tipo de bebidas espirituosas, hablando de epocas pasadas en donde los Gobots y Loly eran ejemplos de vida y buenas costumbres).
A pesar de nacer con el pelo propio de un veinteañero e increíblemente atado por una gomita color café, y un tono de voz comparable con el mítico Henry Mullins, Rodrigo José llevaba su vida bajo la normalidad de todo niño que quiere ser feliz.
En una de esas tantas tardes en las que Rodrigo José acercaba el termómetro a su portátil (obviamente de los Tranformers), provocando que el gris Mercurio comenzara a estirarse tal cual un ploc y se comenzara a presagiar una falsa fiebre que le permitiese ausentarse al colegio de Curas al cual asistía, llega al apartamento un dirigente del aún existente club Urreta, el cual tienta económicamente a nuestro personaje de hoy, pretendiendo adquirir su ficha por la temporada 86’ – 87’ en la categoría de chatas. Rodrigo José que ya mostraba en su personalidad ribetes de mal humor avanzado y falta de paciencia congénita, termina la conversación con el empresario con un rotundo... “no-me-como-ninguna-contigo....nabo” (frase que de ahí en más inmortalizó hasta nuestros días) dudando de la honestidad del representante del club.
Finalmente todo llegó a buen puerto y Moratorio fue el guardavallas del Urreta durante dicho período.
Su adolescencia en las maquinitas del Club Nacional de Fútbol, malgastando el vuelto de las provisiones hogareñas, las primeras ramas alucinógenas de un verdoso aroma, y aquel digno empleo bajo el mando del odiado Armenio, contribuyeron para el más rico de los anecdotarios.
Pero no todo es felicidad....
Los problemas de Rodrigo José comenzaron al cabo de los 20 años, cuando su adolescente hermana comenzó a concurrir a locales nocturnos hasta horas no adecuadas en la compañía de personajes nefastos de la noche montevideana. Nuestro amigo cayó en pozos depresivos indescriptibles al ver estériles todos sus esfuerzos por aislar a su hermana de la vida disipada que mantenía. Para colmo de males paralelamente se sucedían las victorias deportivas de su hermano Sebastián Marcelo, que si bien era menor que Rodrigo José conocía el sabor del triunfo. Consagraciones en el rubro futbolístico y en el plano del corazón provocaban en Moratorio rabietas propias del que sueña un número, no lo juega y sale a los 5.
Pero todo era aceptado....
Aquella gélida media-tarde de Otoño fue la gota que tenía que llegar para rebasar ese vaso de cerva.
Rodrigo José ingresa al dormitorio de su hermano en busca de las cremas de enjuague, (que impedían, o trataban de llevarlo a cabo, la inminente caída de pelo de la que eran víctimas los hermanos Moratorio) empujando la puerta y evitando el permisivo toc-toc. Cuatro segundos fueron necesario para entender la patética imagen de su novia (la chica más linda de la ciudad vieja) haciendo honores junto a su hermano Sebastián, de las páginas más obscenas del mundialmente conocido Kamasutra.
Esto fue el corolario de una vida plagada de fracasos y desdichas de todo tipo.
Rodrigo José Moratorio se convirtió en la persona testaruda y malhumorada que todos sabemos sufrir Jueves tras Jueves.
Actualmente presta servicios para un Despachante de Aduanas, el cual le llama la atención a diario por sus inadecuadas visitas a sitios web xxx.
Junto a José “el patovica” Misa, instalaron en la zona de la Blanqueada la representación de una conocida marca de planchas, que amablemente y en cada Jueves a la noche, Rodrigo José de 23:00 a 24:00 las expone sin compromiso de compra, ahí... cerquita del área, en el arco de la puerta.
En el Año 2005, gracias a la rotación laboral producto de la globalización en la que estamos inmersos, Rodrigo José conoce a Lorena. Como toda mujer que llega a una oficina es objeto de un sinfín de apremios, misiles aire-aire, Tomas-Hook, y tiros de la más variada especie y calibre.
Pero la suerte estaba echada....
Rodrigo José con la sutileza de un cirujano logra conquistar el corazón de la novel compañera que encuentra en Moratorio al hombre de su vida.
La vida del guardavallas azzurro da un giro providencial hasta nuestros días. Las noches a pura plena en la Quinta de Galicia , las visitas a los diferentes recintos del Mercado del Puerto, y las excursiones a la vecina orilla quedaron atrás por los Glamorosos veranos en la Costa Atlántica, la presencia inseparable de su celular de última generación y la visita constante a los restaurantes y locales top de la movida montevideana.
G. ITO Barbé
posted by LA BADA F.C. @ lunes, setiembre 25, 2006
